viernes, 20 de noviembre de 2009

Crónica de una pérdida anunciada

Aunque para muchos viajar de un lugar a otro, sólo representa problemas con la moneda, los papeles y las horas de vuelo para otros es algo más complicado, cuando hay que sobrevivir con poca ropa en Europa.





Viajar desde Venezuela hacia Europa, implica una serie de cosas que siempre hay que tener en cuenta, como lo es: los papeles para ingresar al país de destino, pasaporte y la carta de invitación, poseer las divisas necesarias para estar la cantidad de días que se tienen planificados, la ropa adecuada dependiendo del clima que este haciendo en dicho país a visitar, si se tiene todo eso sería un viaje lleno de buenas experiencias y con muy buenos rato, pero si la maleta donde llevas todo eso se pierde, dejaría de ser un viaje de placer para ser toda una Odisea.

En un viaje que realice hacia París desde Roma junto con mi novia Virginia Azael y con mi madre Rebeca Marina, paso lo que a muchos turistas les pasa, esperamos con los ojos postrados en la cinta mecánica por largos e interminables minutos, ¡las benditas maletas!

Pues ¡sorpresa!, no llegaron, nunca aparecieron, nada de nada, y conjuntamente con las de nosotros 3, tampoco las de unas 8 personas más, para ironía de muchos, todos venezolanos. Pues así fue, risas, reclamos, gritos, y más reclamos, a todos nos dieron un ticket, luego de identificar como eran las maletas extraviadas. Ya en la concurrida ciudad de la luz, París, llegamos a nuestro lugar de destino, a casa de unos tíos y la pregunta que no falta cuando vena alguien llegar sin maletas viniendo de otro país, ¿qué pasó con las maletas? A lo que provoca responder: “las deje en el aeropuerto porque pesaban mucho” pero no, la respuesta cierta es que la aerolínea es ineficientes y al parecer las mandaron a Tokio.

Virginia Azael cuenta en su primer viaje a París que: “ estaba molesta, muy molesta, e incomoda porque la aerolínea fue ineficiente y perdió las maletas, y las vinimos a recuperar casi 10 días después”.

Todos esos días sin las maletas, fueron interminables, ir de compras pero sólo para comprar lo necesario, que dejaron de ser cosas de lujos, o de recuerdito, para convertirse en compras de cepillos de dientes, ropa interior, sueter, medias, ropa para el invierno, desodorante y todo lo imaginable para pasar los 20 días que faltaban en Europa.
Gastar dinero que se tenía previsto para otras cosas, con la posible esperanza de que la aerolínea cumpliera su palabra en francés de que no sólo iban a aparecer las maletas en perfecto estado sino que además iban a reponer el dinero que gastáramos en todas las compras mientras estuvieran justificadas.

Pero el viaje y la experiencia continuaban y ya teníamos ropa nueva, y la sensación de extrañar a Venezuela ya no era tan fuerte como el pensar día a día, noche a noche, en las ¡benditas maletas! Que gracias a Dios y a los asiáticos que no se las robaron, llegaron a nuestras manos antes de recibir el año nuevo 2009.




































Cortesia :Virginia Urtaza

En cualquier viaje que planee hacer, siempre lleve consigo una maleta de mano con todas las cosas más necesarias de su día a día y más si al país que se dirija la temperatura es menor a los 10 grados, esto le facilitará una estadía más placentera y así de sucederle esto no tendrá que gastar dinero extra en cosas que ya usted tenía organizadas en su maleta!, además usted nunca se preguntara que foto debe apreciar más: "La de la torre Eiffel o la de las maletas".

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